Primera Lectura
Eclesiástico 48:1-14
Elías
1hasta que vino un profeta como un
fuego,
cuya palabra era como u horno ardiente.
2Él les quitó la provisión de pan
y en su celo los redujo a un pequeño
numero.
3Por orden de Dios hizo que no lloviera,
y tres veces hizo que cayera fuego.
4¡Qué terrible eras, Elías!
¡No hay nadie tan glorioso como tú!
5Tú resucitaste a un muerto;
¡por voluntad del Señor lo sacaste del
reino de la muerte!
6Tú llevaste a reyes poderosos a la tumba
desde la cama en que estaban enfermos.
7Tú oíste en Horeb, el monte Sanaí,
amenazas y anuncios de castigo.
8Consagraste a reyes que hicieran justicia
y un profeta que había de ser tu sucesor.
9Fuiste arrebatado al cielo en un
torbellino,
entre tropeles de fuego.
10Está escrito que Dios tiene reservado
para el tiempo
en que vuelvas para calmar la ira de Dios,
antes de que venga el día del Señor,
para hacer que padres e hijos se
reconcilien,
y para restablecer las tribus de Israel.
11¡Dichoso el que te vea antes de morir,
y más dichoso tú que vives todavía!
Eliseo
12Cuando Elías desapareció en un
torbellino,
Eliseo quedó lleno de su espíritu;
hizo dos veces más milagros,
y todo lo que decía era asombroso.
Durante su vida no tembló ante nadie,
y nadie tuvo poder sobre él.
13Para él nada había difícil,
y acostándose sobre un muerto lo
resucitó.
14En su vida hizo milagros,
y después de muerto hizo cosas
admirables.
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