Eclesiástico 35, 1-12
1 Cumplir la ley vale tanto como hacer
muchas ofrendas;
obedecer los mandamientos es como
ofrecer sacrificios de reconciliación.
2Ser agradecido es como ofrecer la mejor
harina a Dios,
y dar limosnas es como hacer sacrificios
de alabanzas;
3Lo que agrada al Señor es que te apartes
del mal;
si te apartas de la injusticia, obtendrás el
perdón de tus pecados.
4No te presentes al señor con las manos
vacias
pues todo esto debe hacerse porque es un
mandamiento.
5Cuando un hombre honrado ofrece grasa
sobre el altar,
el buen olor llega hasta el Altísimo.
6Cuando un hombre honrado ofrece un
sacrificio,
Dios lo acepta y no lo olvidará.
7Honra al Señor con generosidad;
no seas tacaño cuando ofrezcas los
primeros frutos.
8Siempre que ofrezcas algo, pon buena
cara
y da los diezmos con alegría.
9Da al Altísimo como él te ha dado a ti,
con generosidad, de acuerdo con tus
capacidades,
10porque Dios sabe premiar
y te pagará siete veces más.
11No pretendas sobornarlo con regalos,
porque no los acepta,
ni confíes en ofrecerle de cosas mal
habidas.
12porque el es un Dios justo,
y trata a todos por igual.
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