Carta a los Hebreos 5, 7-9
7Miestras Cristo estuvo viviendo aquí en el mundo, con voz fuerte y muchas lagrimas oró y suplicó a Dios, que tenía poder para librarlo de la muerte; y por su obediencia, Dios lo escucho. 8Así que Cristo, a pesar de ser Hijo, sufriendo aprendió lo que es la obediencia; 9y al perfeccionarse de esa manera, llego a ser fuente de salvación eterna para todos los que lo obedecen,
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