Decisión de los apóstoles y de los ancianos
1Por aquel tiempo, algunos que habían ido de Judea a Antioquía comenzaron a enseñar a los hermanos que no podían salvarse si no se sometían al rito de la circuncisión, conforme a la práctica establecida por Moisés.
2Pablo y Bernabé tuvieron una fuerte discusión con ellos, y por fin Pablo, Bernabé y algunos otros fueron nombrados para ir a Jerusalén a tratar este asunto con los apóstoles y ancianos de la iglesia de aquella ciudad.
La carta a los no judíos
22Los apóstoles y los ancianos, con toda la iglesia, decidieron escoger algunos de entre ellos y envioarlos a Antioquía junto con Pablo y Bernabé. Nombraro a Judas que también se llamaba Barsabás, y a Silas, hombres de importancia entre los hermanos, 23y con ellos mandaron la siguiente carta:
"Nosotros los apóstoles y los ancianos hermanos de ustedes saludamos a nuestros hermanos que no son judíos y que viven en Antioquía, Siria y Cilicia.
24Hemos sabido que algunas personas han ido de aquí sin nuestra autorización, y que los han molestado a ustedes con sus palabras, y los han confundido. 25Por eso, de común acuerdo, nos ha parecido bien nombrar a algunos de entre nosotros para que vayan a verlos a ustedes junto con nuestros muy queridos hermanos Bernabé y pablo 26quienes han puesto sus vidas en peligro por la causa de nuestro Señor Jesucristo. 27Así que les enviamos a Judas y a Silas: ellos hablarán personalmente con ustedes para explicarles todo esto. 28Pues ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponer sobre ustedes ninguna carga a parte de estas cosas necesarias:
29que no coman carne de animales ofrecidos en sacrificio a los ídolos, que no coman sangre ni carne de animales estrangulados y que eviten los matrimonios prohibidos.
Si se guardan de estas cosas, actuarán correctamente. Saludos."
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