Salmo 101 Un rey examina su conciencia.
«Me entrenare en el camino perfecto, pero tú vendrás a mi?»
2Me entrenare en el camino perfecto; pero tú ¿vendrás a mi?
No tendré mas que rectas intenciones para actuar en mi casa.
3Nada tendré en vista que pueda ser malvado.
Odio el proceder de los extraviados, no permitiré que se me pegue.
4Lejos de mi el corazón perverso, desconozco al malvado.
5Al que denigra en secreto a su prójimo yo lo haré callar; al de ojos altaneros
y corazón engreído no lo soportaré.
6Buscaré a los leales del país para que vivan conmigo; al que sigue el camino
perfecto lo pondré a mi servicio. 7No morará en mi casa al que trama el engaño;
el que anda con mentiras no comparezca en mi presencia.
8Cada mañana acabaré con todos los malvados del país para suprimir de la ciudad
del Señor a todos los que hacen el mal.
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