Del libro de Isaias 7, 1-9
Nacimiento y reinado del principe de la paz
1El pueblo que andaba en oscuridad
vio una gran luz;
una luz ha brillado
para los que vivián en tinieblas.
2Señor, has traido una gran alegría;
muy grande es el gozo.
Todos se alegran delante de ti como en
tiempo de cosecha,
como se alegran los que se reparten
grandes riquezas.
3Porque tu has deshecho
la esclavitud que oprimia al pueblo,
la opresión que lo afligía,
la tiranía ha que estaba sometido.
Fue como cuando destruiste a Madián.
4Las botas que hacian resonar los
soldados
y los vestidos manchados de sangre
serán quemados, destruidos por el fuego.
5Porque nos ha nacido un niño ,
Dios nos ha dado un hijo,
al cual se le ha concedido el poder de
gobernar.
Y le daran estos nombres:
Admirable en sus planes, Dios invencible,
Padre eterno, Principe de la paz.
6Se sentara en el trono de David;
extenderá su poder real a todas partes
y la paz no se acabará;
su reinado quedará bien establecido,
y sus bases serán la justicia y el derecho
desde ahora y para siempre.
Esto lo hará el ardiente amor del Señor
todopoderoso.
Ira del Señor contra el reino de Israel
7El Señor ha enviado un mensaje a
Israel,
al pueblo de Jacob;
8Todo el pueblo de Efraín, que vive en
Samaría,
lo ha entendido.
Ellos dicen con orgullo y altaneria:
9"Se han caido los ladrillos,
pero vamos a construir con piedra.
Han cortado las vigas de sicómoro
pero las vamos a cambiar por madera de
cedro."
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