1 "Cuando el pueblo de Israel era niño, yo, lo amaba;
a él, que era mi hijo, lo llamé de Egipto.
2Pero cuanto más lo llamaba
mas se apartaba de mí.
Mi pueblo ofrecía sacrificios a los dioses
falsos
y quemaba incienso a los ídolos, .
3Con todo yo guié al pueblo de Efraín
y lo enseñé a caminar;
pero ellos no comprendierón que era yo quien los cuidaba.
4Con lazos de ternura, con cuerdas de
amor
los atraje hacia mí;
los acerque a mís mejillas
como si fueran niños de pecho;
me incline a ellos para darles de comer,
8"¿Como podré dejarte, Efraín?
¿Como podré abandonarte Israel?
¿Podré destruirte como destruí a la ciudad de
Admá,
o hacer contigo , lo mismo que hice con Seboím?
¡Mi corazón está conmovido,
lleno de compasión por tí!
9No actuare según el ardor de mi ira:
no volveré a destruir a Efraím
porque yo soy Dios no hombre.
Yo soy el Santo, que estoy en medio de ti,
y no he venido a destruirte.
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