I Corintios 4, 6-15
6Hermanos les hablo de estas cosas por su propio bien y
poniendo como ejemplo a Apolo y a mí mismo. Lo digo, para que por nuestro
ejemplo aprendan ustedes a no ir más allá de lo que está escrito, y para que
nadie se hinche de orgullo, favoreciendo a uno en perjuicio de otro. 7Pues, ¿Quién te da privilegios sobre los demás? ¿Y que tienes que Dios no te haya dado?
Y si´él te lo ha dado, ¿por qué presumes, como si lo hubieras conseguido por ti mismo?
8Al parecer ustedes ya son ricos, y tiene todo lo que pueden desear, y se sienten como reyes que nada necesitan de nosotros. ¡Ojalá fueran reyes de verdad, para que nosotros tuviéramos parte en su reino! 9Pues me parece que a nosotros los apóstoles, Dios nos ha puesto en el último lugar, como si fuéramos condenados a muerte. Hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres. 10Nosotros, por causa de Cristo, pasamos por tontos; mientras que ustedes, gracias a Cristo, pasan por inteligentes. Nosotros somos débiles, mientras que ustedes son fuertes. A nosotros se nos desprecia, y a ustedes se les respeta. 11Hasta hoy mismo no hemos dejado de sufrir hambre, sed y falta de ropa; la gente nos maltrata, no tenemos hogar propio. 12y nos cansamos trabajando con nuestras propias manos. A las maldiciones respondemos con bendiciones; somos perseguidos, y lo soportamos. 13Nos injurian, y contestamos con bondad. Nos tratan como a basura del mundo, como a desperdicio de la humanidad. Y así hasta el día de hoy.
14No les escribo esto para avergonzarlos, sino para darles un consejo, como mis propios hijos, pues los amo. 15Pues aunque ustedes, como cristianos, tengan diez mil instructores, padres no tiene muchos. Padre de ustedes soy yo, pues les anuncié el evangelio por el cual quedaron incorporados a Cristo Jesús.
Y si´él te lo ha dado, ¿por qué presumes, como si lo hubieras conseguido por ti mismo?
8Al parecer ustedes ya son ricos, y tiene todo lo que pueden desear, y se sienten como reyes que nada necesitan de nosotros. ¡Ojalá fueran reyes de verdad, para que nosotros tuviéramos parte en su reino! 9Pues me parece que a nosotros los apóstoles, Dios nos ha puesto en el último lugar, como si fuéramos condenados a muerte. Hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres. 10Nosotros, por causa de Cristo, pasamos por tontos; mientras que ustedes, gracias a Cristo, pasan por inteligentes. Nosotros somos débiles, mientras que ustedes son fuertes. A nosotros se nos desprecia, y a ustedes se les respeta. 11Hasta hoy mismo no hemos dejado de sufrir hambre, sed y falta de ropa; la gente nos maltrata, no tenemos hogar propio. 12y nos cansamos trabajando con nuestras propias manos. A las maldiciones respondemos con bendiciones; somos perseguidos, y lo soportamos. 13Nos injurian, y contestamos con bondad. Nos tratan como a basura del mundo, como a desperdicio de la humanidad. Y así hasta el día de hoy.
14No les escribo esto para avergonzarlos, sino para darles un consejo, como mis propios hijos, pues los amo. 15Pues aunque ustedes, como cristianos, tengan diez mil instructores, padres no tiene muchos. Padre de ustedes soy yo, pues les anuncié el evangelio por el cual quedaron incorporados a Cristo Jesús.
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