Eclesiastes 11,9-10. 12,1-8
11 9Diviertete, joven, ahora que estás lleno de vida; disfruta de lo bueno ahora que puedes.
Dejate llevar por los impulsos de tu corazón, y por todo lo que ves,
pero recuerda que de todo ello Dios te pedirá cuentas. 10Aleja de tu mente las preocupasiones y echa fuera de ti el sufrimiento, porque aún los mejores días de la juventud son vana ilusión.
12 1Acuerdate de tu creador ahora que eres joven y que aún no han llegado los tiempos dificiles; ya vendran años que digas: "no me trae ningún placer vivirlos." 2Hazlo ahora, cuando aún no se apaga la luz del sol, de la luna y de las estrellas, y cuando aún hay nubes después de la lluvia. 3Llegará un día en que tiemblen los guardianes del palacio y se doblen los valientes; quedarán tan pocas molineras, que dejarán de moler; las que miran por las ventanas, comenzaran a pereder la vista. 4Cuando llegue ese día, se cerrarán las puertas que dan a la calle; el ruido del molino se irá apagando; las aves dejarán oir su canto, pero las canciones dejarán de oirse; 5La altura causará miedo, y en el camino habrá peligros.
El almendro comenzará a florecer,
la langosta resultará una carga
y la alcaparra no servira para nada.
Pues el hombre va a su hogar eterno,
y en la calle se escucha ya
a los que lloran su muerte.
6Acuerdate de tu Creador ahora que aún no se ha roto el cordon de la planta y no se ha hecho pedazos la olla de oro; ahora que aún no se ha roto el cántaro a la orilla de la fuente ni se ha hecho pedazos la polea del pozo. 7Después de eso el polvo volverá a la tierra, como antes fue, y él espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio.
8Yo, el predicador, repito:
¡Vana ilusión, vana ilusión!
¡Todo es vana ilusión!
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