Del Libro de Job 9, 1-11. 14-16
1-2Yo sé muy bien que esto es así
y que ante Dios el hombre no puede
alegar inocencia.
3 Si alguno quisiera discutir con él,
de mil argumentos no podría rebatirle
uno solo.
4 Dios es grande en poder y sabiduría,
¿quién podrá hacerle frente y salir bien
librado?
5 Dios, en su furor, remueve las montañas;
las derrumba, y nadie se da cuenta.
6 El hace que la tierra se sacuda
y que sus bases se estremezcan.
7 El ordena al sol que no salga,
y a las estrellas que no brillen.
8 Sin ayuda de nadie extendió el cielo
y aplastó el monstruo del mar.
9 Él creo las constelaciones: La Osa Mayor, el Orión y las Pléyades
y el grupo de estrellas del sur.
10 ¡El hace tantas y tan grandes maravillas,
cosas que nadie es capaz de
comprender!
11 Si Dios pasa junto a mí, no lo podre ver;
pasara y no me daré cuenta.
12 Si de algo se adueña, ¿quién podrá
reclamárselo?
Quién podrá pedirle cuentas de lo que
hace?
14 ¿Como, pues, encontraré palabras,
para contradecir a Dios?
15 Por muy inocente que yo sea , no puedo
responderle;
el es mi juez, y solo puedo pedirle
compasión.
16 Si yo lo llamara a juicio, y él se
presentara,
no cre que hiciera caso de mis palabras.
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