Carta a los Hebreos 9, 24-28
24Porque Cristo no entró en aquel santuario hecho por los hombres, que eran solamente una figura del santuario verdadero, sino que entró en el cielo mismo, donde ahora se presenta delante de Dios para rogar en nuestro favor. 25Y no entró para ofrecerse en sacrificio muchas veces, como hace cada año todo sumo sacerdote, que entra en el santuario para ofrecer sangre ajena. 26Si ese fuera el caso, Cristo habría tenido que morir muchas veces desde la creación del mundo. Pero el hecho es que ahora , en el final de los tiempos, Cristo ha aparecido una sola vez y para siempre, ofreciéndose así mismo en sacrificio para quitar el pecado. 27Y así como todos han de morir una sola vez y después vendrá el juicio, 28así también Cristo ha sido ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos. Después aparecerá por segunda vez, ya no en relación con el pecado, sino para salvar a los que lo esperan.
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