Apocalipsis 11, 4-12
4Estos dos testigos son los dos olivos y los dos candelabros que están delante del Señor de la tierra. 5Si alguien intenta hacerles daño, ellos echan fuego por la boca, que quema por completo a sus enemigos; así morirá cualquiera que quiera hacerles daño. 6Estos testigos tienen poder para cerrar el cielo, para que no llueva durante el tiempo en que estén comunicando su mensaje profético, y también tiene poder para cambiar el agua en sangre y para hacer sufrir a la tierra con toda clase de calamidades, tantas veces como ellos quieran. 7Pero cuando hayan terminado de dar su testimonio, el monstruo que sube del abismo los atacará, los vencerá y los matará. 8Sus cadáveres quedarán tendido en las calles de la gran ciudad donde fue crucificado su Señor, la cual en lenguaje figurado se llama Sodoma, y también Egipto. 9Y por tres días y medio, gente de distintos pueblos, razas, lenguas y naciones verá sus cadáveres y no dejará que los entierren.
10Los que viven en la tierra se alegrarán de su muerte. Estarán tan contentos que se harán regalos unos con otros, porque aquellos dos profetas eran un tormento para ellos.
10Los que viven en la tierra se alegrarán de su muerte. Estarán tan contentos que se harán regalos unos con otros, porque aquellos dos profetas eran un tormento para ellos.
11Pero al cabo de tres días y medio, Dios los revivió y se levantaron otra vez, y todos los que los vieron se llenaron de miedo. 12Entonces los dos testigos oyeron una fuerte voz del cielo, que les decía: "¡Suban acá!" Y subieron al cielo en una nube, y sus enemigos los vieron.
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