Santiago 1, 1-11
Saludo
1Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de Israel esparcidas por toda el mundo.
Fortaleza en las pruebas
2Hermanos mios, ustedes deben tenerse por muy dichosos cuando se vean sometidos a pruebas de toda clase. 3Pues ya saben que cuando su fe es puesta a prueba, ustedes aprenden a soportar con fortaleza el sufrimiento. 4Pero procuren que esa fortaleza los lleve a la perfección, a la madurez plena, sin que les falte nada.
5Si alguno de ustdes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará; pues Dios da a todos sin limitación y sin hacer reproche alguno.
6Pero tiene que pedir con fe, sin dudar nada, porque el que duda es como una ola del mar, que el viento lleva de un lado a otra. 7Quién es así, no crea que va a recibir nada del Señor, porque hoy piensa una cosa y mañana otra, y no es constante en su conducta.
9El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de ser enaltecido por Dios, 10y el rico de serm humillado. Porque el rico es como la flor de la hierba, que no permanece. 11Cuando el sol sale y calienta con fuerza, la hierba se seca, su flor se cae y su belleza se pierde. Asi tambien, el rico desaparecerá en medio de sus negocios.
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