Santiago 5, 13-20
La oración
13Si alguno de ustedes está afligido, que ore.
Si alguno está contento, que cante alabanzas.
14Si alguno está enfermo, que llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por él, y en el nombre del Señor lo unjan con aceite. 15Y cuando oren con fé, el enfermo sanará, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados. 16Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo tiene mucho poder. 17El profeta Elías era un hombre como nosotros, y cuando oró con fervor pidiendo que no lloviera, dejo de llover sobre la tierra durante tres años y medio. 18Después, cuando oró otra vez, volvió a llover, y la tierra dio su cosecha.
La conversión del pecador
19Hermanos míos, si alguno de ustedes se desvía de la verdad y otro lo hace volver, 20sepan ustedes que cualquiera que hace volver al pecador de su mal camino, lo salva de la muerte y hace que muchos pecados sean perdonados
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