I CORINTIOS 9, 16-19. 22-23
El criterio de la libertad. Ejemplo de Pablo
16Para mí no es motivo de orgullo predicar el evangelio, porque lo considero una obligación ineludible. ¡Y hay de mí si no lo anuncio!
17Por eso, si lo hiciera por propia iniciativa, tendría derecho a una recompensa; pero si lo hago por obligación es por que estoy cumpliendo un encargo que Dios me ha dado. 18En este caso, mi recompensa es la satisfacción de anunciar el evangelio sin cobrar nada; es decir, sin hacer valer mi derecho a vivir del anuncio del evangelio. 19Aunque no soy esclavo de nadie, me he hecho esclavo de todos, a fin de ganar para Cristo el mayor numero de personas.
22Cuando he estado con los que son débiles en la fe, me he vuelto débil como uno de ellos, para ganarlos también. Es decir, me he hecho igual a todos, para de alguna manera poder salvar a algunos. 23Todo lo hago por el evangelio, para tener parte en el mismo.
22Cuando he estado con los que son débiles en la fe, me he vuelto débil como uno de ellos, para ganarlos también. Es decir, me he hecho igual a todos, para de alguna manera poder salvar a algunos. 23Todo lo hago por el evangelio, para tener parte en el mismo.
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