II De Reye 19: 9-11, 14-21, 31-36
9Allí el Rey de Asiria oyó decir que el rey Tirhaca de Etiopía había emprendido una campaña militar contra él. Una vez más el rey de Asiria envió embajadores al rey de Ezequías de Judá, 10a decirle: "Tu Dios, en el que tú confias, te asegura que Jerusalén no caera en mi poder; pero no te dejes engañar por él. 11Tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria con todos los paises que han querido destruir. ¿Y te vas a salvar tú?
14Ezequías tomo la carta que le entregaron los embajadores, y la leyó. Luego se fue al templo, extendiendo la carta delante del Señor, 15oro así:"Señor, Dios de Israel, que tienes tu trono sobre los querubines: Tú solo eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú creaste el cielo y la tierra. 16Pon atención Señor, y escucha.
Abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha las palabras que Senaquerib mando decirme, palabras todas ellas ofensivas contra ti, el Dios viviente.
17Es cierto, Señor, que los reyes de Asiria han destruido las naciones y sus tierras, 18y que han echado al fuego sus dioses, porque en realidad no eran dioses, sino objetos de madera o de piedra echos pòr el hombre. Por eso los destruyeron. 19Ahora pues, Señor y Dios nuestro, salvanos de su poder, para que todas las naciones de la tierra sepan que tú, Señor, eres el único Dios. 20Entonces Isaías mandó a decir a Ezequías:
"Esto dice el Señor, Dios de Israel:'Yo he escuchado la oracion que me hiciste acerca de Senaquerib, rey de Asiria'
21Estas son palabras que dijo el Señor acerca del rey de Asiria.
"La ciudad de Sión, como una muchacha se rie de tí, Senaquerib.
Jesusalén mueve burlonamente la cabeza cuando tú te retiras.
31Porque un resto quedara en Jerusalén; en el monte Sión habrá sobrevivientes .
Esto lo hará el ardiente amor del Señor todopoderoso.
32"Acerca del rey de Asiria dice el Señor:
'No entrará en Jerusalén, no, le disparará ni una flecha, no la atacará con escudos ni construira una rampa a su alrededor.
33Por el mismo camino por donde vino se volverá; no entrará en esta ciudad.
Yo el Señor doy mi palabra.
34 Yo protegeré esta ciudad y la salvaré, por consideracón a mi siervo David y a mí mismo.
35 Aquella misma noche el ángel del Señor fue y mato a ciento cochenta y cinco mil hombres del campamento Asirio, y al dia siguiente todos amanecieron muertos. 36Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento y regresó a Nínive.
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