Romanos 6, 12-18
En el bautismo nos unimos a Cristo
12Por lo tanto, no dejen ustedes que el pecado siga dominando en su cuerpo mortal y que los siga obligando a obedecer los deseos del cuerpo. 13No entreguen su cuerpo al pecado, como isntrumento para hacer lo malo. Al contrario, entreguense a Dios, como personas que han muerto y han vuelto a vivir, y entreguenle su cuerpo como instrumento para hacer lo que es justo ante él. 14Así el pecado ya no tendrá poder sobre ustedes, pues no están sujetos a la ley sino a la bondad de Dios.
Comparación con la esclavitud
15¿Entonces qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos sujetos a la ley sino a la bondad de Dios? ¡Claro que no! 16Ustedes saben muy bien que si se entregan como esclavos a un amo para obedecerlo, entonces son esclavos de ese amo a quién obedecen. Y esto es así, tanto si obedecen al pecado, lo cual lleva a la muerte, como si obedecen a Dios para vivir en la justicia. 17Pero gracias a Dios que ustedes, que antes eran esclavos del pecado, ya han obedecido de corazón a la forma de enseñanza que han recibido. 18Una vez libres de la esclavitud del pecado, ustedes han entrado al servicio de la justicia.
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